J. Carrión, reconocido reportero especializado en pesca, editor de la revista Pesca a bordo, asistió a nuestro curso de Licencia de Navegación. Aquí os dejamos el artículo que redactó sobre nuestras clases y nuestra escuela.
EMBARCAMOS EN UN VELERO de 9 metros para acercar a los nuevos aficionados al maravilloso mundo de la náutica y la pesca, pero de una manera seria, clara y directa.
El viejo y socorrido titulín acabó desapareciendo a últimos de 2014, y lo hizo con más gloria que la pena que causó al principio, cuando se hicieron públicas las primeras informaciones que hablaban de las futuras novedades al respecto. Dije con más gloria que pena porque el escepticismo que despertó el anuncio de la puesta en vigor de la nueva Ley de titulaciones náuticas, hizo creer a muchos aficionados a la pesca continental y marítima que iban a sufrir la pérdida de su permiso de navegación, temiendo al mismo tiempo que el canje o la obtención de la nueva licencia con llevaría una serie de dificultades añadidas y una nueva sangría para los maltrechos bolsillos.
Texto y Fotos: F. Carrión
Nada de eso, amigos, todo lo contrario. La nueva Ley que regula las titulaciones náuticas para el gobierno de embarcaciones de recreo supuso una gran ventaja para todos los aficionados y profesionales, sin depender de su experiencia o antigüedad. Basta con mencionar solo uno de los beneficios que aporta la Licencia de Navegación con respecto al viejo Titulín, para demostrarlo; el que limitaba la potencia máxima del motor a 40 Cv…
Ahora no existen limitaciones a la potencia de propulsión, y la razón administrativa que lo regía y lo fijaba con esa restricción, da paso a las necesidades técnicas de la propia embarcación para la navegación segura, y esto lo aconseja el fabricante en la placa o cédula del barco, o en su ficha técnica, es decir, la potencia de un intra o fuera borda irá en relación con la eslora, manga, calado y peso máximo de la embarcación, y si un barco de seis metros precisa un motor de 150 Cv para navegar con seguridad, esa será la potencia instalada. De esta manera solo se incurre en delito cuando en un barco de 6 metros se aconseja instalar un motor con una potencia máxima de 60 Cv, y en un alto de la GC delMar comprueban que el motor es de más de esos 60 Cv…
Titulación oficial
Pero no vamos a hablar de temas administrativos, sino de cómo son estos cursillos intensivos y lo relativamente fácil que resulta hacerse con una titulación oficial, que es el primer paso para convertirse en un buen marinero o un gran pescador, para aprender a amar el mar, y como viene siendo habitual, para iniciar la primera experiencia que en poco tiempo los llevará a la obtención de los permisos de máxima categoría, ya que se sabe cuándo se empieza, pero nunca cuándo se acaba…
No obstante, conviene aclarar que la nueva Licencia de Navegación, además de no limitar la potencia del motor, aporta estas otras ventajas:
- La nueva Licencia de Navegación es equivalente al título de Patrón de Moto Náutica de la Clase C, es decir, también habilita para pilotar motos acuáticas de hasta 55 CV de potencia.
- Se puede navegar en un radio de hasta 2 millas náuticas en cualquier dirección, teniendo como base un puerto, marina, o lugar de abrigo. Ojo a este punto, porque un lugar de abrigo puede ser una cala; por lo tanto, y dentro de las limitaciones legales, es posible navegar
de Barcelona al Cap de Creus (por citar un ejemplo).
La Red, siempre…
Un día, pensando en la nueva Licencia de Navegación, me hice la pregunta: ¿Cómo es el mundo de la escuela náutica en este nivel? ¿Cómo funciona? ¿Cómo son esos cursos intensivos? ¿Son reales? ¿Es serio? ¿Hay prácticas en vivo? Todo esto surge tras buscar otro tipo de información en la red y ver casualmente que aparecen páginas y más páginas con ofertas de Escuelas Náuticas que ofrecen sus servicios, con toda clase de facilidades, precios, embarcaciones, diversidad de puertos base, en todo el litoral y hasta en el interior… Varias llamadas telefónicas a distintas empresas del sector sirvieron para hacer preguntas de tipo técnico, y para pedir permiso para escribir, fotografiar y realizar un pequeño reportaje sobre el mundo de la escuela náutica. Fue curioso, pero después de nueve intentos encontrando negativas, reticencias y hasta limitaciones (según qué fotografías no podía hacer, y según qué secretos del profesorado no podía revelar), pude localizar a un patrón que además de dar su consentimiento sin condiciones, se mostró feliz por la causa y hasta se prestó a colaborar en todo lo necesario. Supe que para obtener la licencia de navegación debería asistir obligatoriamente a un curso intensivo de 6 horas.
Las dos primeras horas serían dedicadas a repasar los términos más importantes de la navegación, tales como preferencias de paso entre distintos tipos de embarcación, reconocimiento de las balizas,
uso de la radio y de los canales de seguridad y comunicación, etc, etc, y cuatro horas de práctica en navegación real, combinada con consejos,más teórica y preguntas. Un jueves pedí la información,y el domingo me embarqué.
La cita
En el Puerto Olímpico de Barcelona, en la puerta del Pantalán Nº 5, a las 08:30 horas. Allí estaba, con tiempo de sobra para tomar las primeras fotografías de un puerto donde no hay un solo amarre libre. Ricard, gerente y fundador de la Escuela Náutica Altair, con 20 años de experiencia en la formación náutica,me informó que vendrían tres alumnos más, con lo que se completaría una tripulación de cuatro personas. Pueden ser seis y alguna más, ya que el velero admite hasta 10, pero prefiere no superar las 8 plazas. Nos encontramos en la puerta del pantalán y nos dirigimos hasta el amarre, donde me llevé la primera sorpresa, muy agradable, pues descubrí que el aula es el salón comedor del mismo velero, lo que daba un encanto especialmente marinero a todo el cursillo. Cómodamente sentados en amplios sofás, y alrededor de la mesa, el instructor empezó a dar la clase, haciéndose entender con gran sencillez traduciendo al mismo tiempo al inglés, pues uno de los alumnos se encontraba en Barcelona de vacaciones y no entendía una palabra en castellano.
Brevemente y sin descanso, dio un repaso a las normas básicas de la náutica y la navegación, al estudio de las partes del barco señalando la proa, popa, babor, estribor, aletas, amuras, etc. Las luces laterales y el porqué del rojo y verde; las preferencias de paso entre embarcaciones, veleros, pesqueros y mercantes; el reconocimiento de las balizas que señalizan el paso por bocanas, las piscifactorías, los arrecifes, las playas, etc; el uso de bengalas, su conservación y capacidad; el uso del silbato o el de un espejo para señales; el uso de la radio y cómo dirigirse a la capitanía de un puerto, a los servicios de emergencia, comunicación entre embarcaciones, etc; reconocimiento y uso de cartas náuticas; cálculos de distancias y del tiempo para recorrerlas; cálculos para la obtención de la demora con referencias de tierra; distancia de cabo o cadena necesaria para el fondeo según la profundidad; la ejecución de los nudos más importantes, entre los que destaca el as de guía, el ballestrinque para amarrar las defensas, seno para pasar por los norays cuando convenga, el nudo de vuelta para las cornamusas, nudo llano; las diferencias técnicas entre una embarcación y un velero a la hora de maniobrar, navegar, entrar o salir de un puerto; un breve repaso a cómo es un motor de embarcación y las típicas tareas para mantenimiento y comprobación del buen funcionamiento del sistema de refrigeración…
Y muchas otras cosas más de similar importancia. En definitiva, fue una clase muy amena y bastante instructiva, y para serles sinceros, fue mucho más extensa y completa de lo que supuse en un principio. Y al contrario de lo que pueda parecer, Ricard se explica tan bien y tan sencillamente, aun usando los términos náuticos, que todo lo estudiado se asimila con una facilidad pasmosa, pues habla apoyándose en argumentos que no dejan dudas y muchas veces mostrando pautas y maquetas bien diseñadas para que sean comprensibles por cualquiera.
Clase práctica
Tras las dos horas de teórica, se pasó a la práctica, pero… ¿Fueron dos horas? Sí, fueron dos horas, pero tan entretenidas como didácticas y pasaron en un suspiro. Abandonamos el salón comedor y subimos a cubierta, y los mismos alumnos se encargaron de soltar las amarras de popa y las de proa, liberando el muerto. Curiosamente, los mismos alumnos tomaron el mando de la embarcación en todas las tareas, incluso en las complicadas maniobras de salida y entrada al amarre, varios atraques abarloados a los muelles del Puerto Olímpico y del Fórum, los pasos por bocana.
Confianza y libertad de acción total… Así empezaban cuatro horas de navegación relajada, con el velero impulsado a motor en las tres primeras, y a vela en la siguiente, ya que la Licencia de Navegación también permite pilotar veleros de hasta seis metros de eslora. Nada más salir por bocana enseñó a trazar el rumbo y calcularlo con el transportador, y cómo seguir el rumbo a través del compás náutico. Los alumnos se iban intercambiando el timón a voluntad, pues el instructor dejó esa iniciativa a su tripulación, sin mostrar preferencias, así que todos tuvieron sus oportunidades en varias ocasiones, tanto a motor como a vela. Navegamos hacia el puerto de Badalona, donde se hicieron las maniobras de fondeo sobre un lecho situado a 15 metros.
Todos en proa, se abrió el pozo de anclas, se preparó la cadena comprobando la unión entre esta y el ancla, y se largó. Una vez la embarcación quedó asegurada al fondeo, hizo un repaso a las condiciones de seguridad de este para evitar garreos o derivas que pueden acabar en trágicos accidentes. Más tarde, para evitar la tirantez de la cadena, la ató a un cabo con el nudo de boga largándolo de nuevo para que los vaivenes fueran mejor amortiguados. Realmente, un curso muy completo. Se levaron anclas y se puso rumbo al puerto del Fórum, donde se pidió permiso a Capitanía para atracar en el muelle de espera. Todo, a cargo de los alumnos, así como las maniobras de atraque abarloados al muelle, que debido al intenso tráfico de entrada y salida nos obligó a dar varios giros de 360º para hacer tiempo y esquivarlos. Aquí se volvieron a repasar los nudos para el noray, el seno, el as de guía, etc. A la salida del Fórum se desplegaron las velas, siempre a cargo de los alumnos, y así continuamos hasta la bocana del puerto Olímpico, donde se plegaron mientras se navegaba a motor. Poco después, sobre las 14 horas, entrábamos al amarre y se hacían las maniobras de atraque, haciendo firmes las amarras de proa y de popa en sus cornamusas para asegurar la embarcación de manera fija. Sobre la bañera de popa se hizo un repaso general de todo lo aprendido, y se acabó con la contestación a varias preguntas de un test. Bien explicado, fácilmente comprensible y muy completo, contestado entre todos. Ese fue el final, a las 14:30 horas. La Licencia de Navegación estaba en el bolsillo a falta de la entrega del Certificado Médico que indique apto para la obtención del permiso de navegación; si no se es apto, el instructor no la tramita. Así de claro.
Conclusiones
En apenas seis horas cualquier persona mayor de 16 años, sin conocimientos de ninguna clase sobre la náutica o la navegación,
puede obtener un título de gran importancia, antesala para iniciarse en la navegación de recreo y en la pesca deportiva. Más tarde, con mayor experiencia en las actividades típicas náuticas y en las previsiones del tiempo, habiendo navegado bajo distintas condiciones climáticas, con más o menos oleaje, corriente, viento, etc, se podrá acceder a titulaciones y embarcaciones superiores. Por otro lado, puedo constatar que estas
escuelas son serias, al menos Altair lo es, y la cito porque no he conocido otras que seguramente también lo son. En esta, que tan amablemente se ha prestado a embarcarnos y permitido hacer y deshacer a nuestro antojo, he descubierto que existe una profesionalidad que vamás allá de lo que muchos pueden tener en mente, y que no hay trampa, ni trucos, ni chanchullos como se mencionaba antiguamente sobre la obtención del viejo titulín: el instructor firma un título de navegación de nuevo diseño (es antifalsificación), en el que figura su nombre y su DNI, y certifica por escrito que ha dado las clases teóricas y prácticas necesarias para el aprendizaje, comprometiéndose y certificando ante la Dirección General de la Marina Mercante, y la Federación Española de Motonáutica, que sus alumnos han superado las pruebas y son aptos.Nadie podría comprometerse de esta manera sin comprobar in situ que se es apto. Por último, solo me queda añadir que en la Escuela Náutica Altair también se forman alumnos para la obtención del PNB o Permiso de Navegación Básica, con el que se pueden pilotar embarcaciones de hasta 8 metros de eslora y hasta una distancia de 5 millas de un puerto o un lugar de abrigo, y Motos Acuáticas de clase A. Y el PER o Patrón de Embarcaciones de Recreo, con el que se pueden pilotar embarcaciones de hasta 15 metros de eslora, a una distancia máxima de 12 millas de la costa, además de poder navegar entre las islas del archipiélago canario y el balear. En cuanto a precios, pregunten; seguro que les interesará. Para terminar, desde Pesca a Bordo tenemos que dar las gracias a Ricard, gerente y fundador de la Escuela Náutica Altair, por haber permitido que hagamos un trabajo que a buen seguro será de gran ayuda para miles de futuros navegantes,
que verán la náutica desde un punto más asequible, y también a nuestros
actores improvisados, que no pusieron un solo pero a mi trabajo: Amad
Abadía,Miguel Ángel Durán y J. Johnson: Enhorabuena por esa primera Licencia de Navegación que hemos obtenido en la Escuela Náutica Altair. Gracias!